viernes, 23 de agosto de 2013

Don Freddy Mejía

Hay cualidades que valen y pesan mucho.

En el caso de Don Freddy, se me hace imposible referirme a él sin el sustantivo "Don", esa cualidad la ha forjado  con base en un temperamento recto y de convicciones firmes en su desempeño cómo político, funcionario, obrero del Central Romana y ciudadano.

A partir de del 16 de agosto, cuando resulta sorpresivamente electo cómo presidente del concejo de regidores del municipio de La Romana, consideramos que tiene un gran reto por delante muy especial.

Por años la figura del regidor pasó casi desapercibida por el común de la gente, solo obtenía preponderancia entre aquellos entendidos e interesados por asuntos administrativos municipales y políticos. Desde hace un tiempo y a raiz de la ley municipal 176-07 a los alcaldes se le has quitado la función plenipotenciaria situación que han sabido aprovechar los regidores (algunos) para promover el presupuesto participativo y usar un desempeño destacado para escalar políticamente a otras posiciones electorales.

El caso de la Romana es de antología.

La Romana desde el 2010 disfruta de una gestión municipal marcada por los escándalos, sometimientos judiciales, denuncias de todo tipo, investigaciones por la DPCA, investigaciones por la cámara de diputados, decisiones autoritarias y contradictorias, etc. la administración corresponde al alcalde Juan Antonio (Tony) Adames, quien representa a una facción del PRSC y de su presidente provincial, Frank Martinez. 

Es bien sabido de las discrepancias entre seguidores de Carlos Morales Troncoso y Frank Martínez, ahora bien, cómo político prudente (y en campaña por la
presidencia del partido) Don Carlos necesita de la representación en su provincia que le brinda Tony Adames y su... gestión, buena o mala.

Una papa caliente para Don Freddy

Diferentes sectores de La Romana y un brioso regidor, Wanchy Medina, demandan constantemente transparencia y explicación sobre asuntos concernientes a la gestión municipal de Tony Adames y al no obtener ningún tipo de respuesta es donde entra la preponderancia del presidente de la sala capitular y adquiere todo el interés del público general para convertirse en una opción y exigirle (cómo cabeza de un órgano fiscalizador) explicaciones.

Don Freddy tiene todo un año por delante cómo presidente de la sala capitular y en este lapso debe pisar fino pues debe manejarse entre las exigencias de los munícipes y sectores en general, el interés de Don Carlos para mantener la representación partidaria a cuesta de todo, un alcalde que no muestra ningún interés de lavar la cara de su gestión y que cada 72 horas en promedio brinda un nuevo escándalo administrativo.

Don Freddy tiene esa papa caliente en una mano y en la otra sus cualidades que tanto respeto y admiración le han merecido.




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