miércoles, 24 de agosto de 2011

Tu, mi, NUESTRO Alcalde.



Es muy común en nuestra sociedad, al momento de hacer un reclamo, opinión o juicio de valor de una autoridad, presidencial,  municipal, sindical o gremial, usar los adjetivos posesivos: tu (si el elegido no es de nuestra simpatía), mi (si el elegido es de nuestra simpatía); tu Presidente, mi Alcalde, etc.
Pero no solo es el uso de los adjetivos sino también la actitud: cuando se emplea “tu”, por lo antes explicado, se cree que el único deber es el de la crítica, pero cuando se emplea “mi” se debe apoyar incondicionalmente las iniciativas, políticas y hasta vagabunderías.

Quisiera con este artículo traer conciencia a los acólitos del Honorable Alcalde de La Romana.
Explico: el 16 de mayo del 2010 el Señor Juan Antonio Adames, al ganar las elecciones,  dejó de ser el candidato a Alcalde por el  PRSC para posteriormente, el 16 de agosto del mismo año, convertirse en el Alcalde de todos los munícipes de La Romana; como tal, su política de gestión municipal repercute en los simpatizantes de los demás partidos, PLD, PRD y otros.

En ese sentido el Señor Juan Antonio Adames es mi/nuestro  Alcalde; sus decisiones, política, gestión  me/nos  repercuten, y como soy/somos habitante (s) del Municipio de La Romana, tengo/tenemos  el derecho a reclamar, exigir, denunciar y aplaudir asuntos de su gestión; el hecho de ser de otro partido no me/nos  descalifica para aportar criticas, sugerencias o ideas. Una expresión que se emplea con bastante regularidad entre los seguidores del Señor Alcalde, jóvenes políticos activos, es: tendrán que chupárselo (tolerar al Alcalde) hasta el 2016; en esa tesitura recuerdo a esos jóvenes que son ellos quienes tendrán que tolerar a la oposición hasta el 2016.


Todo aquel con sentido y criterio definido de lo que es política entiende que, en la democracia, quien obtiene un triunfo debe agotar su periodo constitucional y todos debemos estar claro en eso; pero también debe entender que  otra herramienta de la democracia es la oposición.
Deben entender que ya no es su candidato, ahora es NUESTRO Alcalde.

 Esto es un fenómeno que se da a la inversa. Normalmente se debe explicar lo antes expuesto a quienes no alcanzan el triunfo de una candidatura, pero en nuestro país todos los días vemos cosas nuevas. Quienes no han llegado aún a asimilar la situación son los ganadores.

La Romana, R.D.